18.11.12

Yo

Pasé el control correctamente. Bueno, no creo que me fuera a pitar ya que no llevaba metales/dinero/algoquepudiesehacerquepitase. Cogí y me volví a colocar el reloj debajo de la sudadera, encendí los cascos y me olvide del mundo. En estos días lo había estado haciendo mucho, quizás demasiado. Pero era normal, ¿no? Las noticias tan fuertes te acaban jodiendo.
Me llamo Eva. Eva Jones. Nombre español, apellido americano. Me costó entenderlo cuando era pequeña pero ya lo tengo asumido. Mi infancia, no e suena infancia triste, y no, mi madre no es una espola que se caso con americano la dejo embarazada y aquí estoy. No. Eso habría sido demasiado típico para libro de cotilleo de maris. Mi madre era una neoyorquina atareada de esas de las pelis, y mi padre un agente de negocios de esos que viajan. Y vaya si viajaba. Recordaba haberme quedado muchas veces sola en mi casa viendo alguna peli. Bueno, pues mi padre se quedo unos años con mi madre en América, pero al quedarse embarazada de mi murió. Yo por supuesto he visto miles de fotos de ella, peor no llegué a conocerla. Mi padre al que no le quedaba nada en América volvió a España conmigo y ahí he sobrevivido quince años y medio.
Ahora vuelvo a Nueva York done pasé mis primeros meses de vida. A mi queridisimo padre si que le quedaban contactos en Nueva York pero la muerte de mi madre le hizo pasar muy mal. O eso creo. Yo y mi padre nunca hemos tenido una relación muy grande. Creo que le recuerdo demasiado a mi madre. Al principio me molestaba y me sentía sola, pero ya me acostumbré y me daba igual. Bueno,  no me quiero alardear pero eso de tener criadas -si, mi padre gana muchiiiiiiiiiiiisimo dinero del que no me saca ni un par de zapatos- te hace la vida mas amena. En concreto tener a la cocinera a la que de pequeña le contaba mi vida entera. En fin, mi padre puede ganar un poco mas con otro viajecito pero esta vez permanente. Ya tenemos un loft en plena avenida o como se llame, una limpiadora encargada, y otra más de la que no me alegro mucho. Es algo así como una especie de niñera, o eso creo se llama Jessica -nombre que en mi querida España es muy, muy cateto pero en América demasiado común-.

Como ya os podéis imaginar la despedida también fue dolorosa. Muchos amigos en casa. Aunque nada del otro mundo, Tampoco estaba demasiado unida a la gente. Mi padre me había metido en un colegio publico y claro ahí me veían como la hija que tiene todo aunque en verdad no tenia nada. Si, mi padre ganaba como 5000 al mes y solo eramos dos. Pero tampoco era una ricachona de esas. Solo que ahora le subían el sueldo y Nueva York, bueno Nueva York era Nueva York.
Había escuchado historias acerca de ella. Claro esta lo típico. Que si los pijos hijos de papa -al colegio que yo seguramente iría seria uno intermedio uno privado pero no para hijos de millonarios-, los barrios preciosos, las miles de cositas, la contaminación acústica y medioambiental -no penséis mal no soy una friki ecológica-, etc, etc. Además con esa nueva moda de hacerse el hipster o simplemente fotitos con la bandera de Estados Unidos la gente estaba obsesionada y solo oía por el instituto la suerte que tenia. ¿No se daban cuenta que era dejar todo atrás?
Me senté al lado de mi padre que iba atareado con el móvil. Cuando el avión despegó subí mas la música. Mi padre estaba con el móvil y no tenia ganas de saber que hacia. Seguramente fuese algo de trabajo. Como sieeeeempre. Mire mis vans ya desgastadas. Era el único lujo que tenia. La sudadera me estaba grande, como me gustaban y los pitillos pequeños. Tenia el pelo mas revuelto que nunca y me cogí una coleta. Ya esta bastante largo. Cerré los ojos y me concentre en la música. Al cabo de un rato me dormí. Creo que había hecho lo mejor por que hasta ese momento no sabia lo que me esperaba.